En el contexto del caso de Antonia Barra, un grupo de mujeres de la comuna de Palena decidió manifestarse este viernes 24 de julio, para exigir justicia por Antonia y por todas las mujeres chilenas que han sufrido violencia de género.

Las mujeres de la comuna de Palena expresaron que “entendemos que el feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente. Debido a ello, es necesario generar espacios de discusión, reflexión y crítica hacia el sistema machista y patriarcal en nuestra cultura, ya que, esto no queda ajeno a la realidad que se vive diariamente en nuestra localidad, por consiguiente, nos vimos en la necesidad de crear un círculo de mujeres”.

Si bien en la actualidad se han mejorado las condiciones de las mujeres en muchos aspectos, la desigualdad de poder entre varones y mujeres aún no se ha superado. La persistencia de la violencia (física, psicológica, económica, política, sexual, simbólica) es un ejemplo de ello y, esta se ha normalizado sin cuestionamientos.


La agrupación tambien señaló que ” estamos hartas de ser juzgadas y criticadas por la manera en cómo nos vestimos o comportamos, la forma en la que hablamos o trabajamos, cansadas de que nos maten, acosen y violen. Por esto, nace el espíritu revolucionario de poder representar a las mujeres que fueron vulneradas y con la esperanza de crear un mundo mejor para las personas que vendrán a futuro. Ser feminista no significa que pensemos que el género femenino merece derechos especiales, significa que merecemos los mismos. El feminismo no habla de superioridad, ni discrimina otro el otro género, simplemente combate las desigualdades que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo.


El caso de Antonia, conocido por todo Chile y el mundo, nos ha tocado a todas las mujeres, ya que nos sentimos identificadas con ella y con sus familiares, quienes buscan que se haga justicia por ella, exigiendo que Martín Pradenas reciba una condena justa por los delitos de abuso sexual y violación cometidos hacia varias mujeres”.

Tamara Galindo manifestó que “Este caso abrió una herida en las mujeres chilenas, ya que la mayoría hemos sufrido violencia de género a través de nuestras vidas, en distintas medidas, desde la niñez a la adultez, sólo por el hecho de ser mujeres. Los casos de abuso sexual y violación, no son casos aislados para nosotras, ya que hemos visto como la mayoría de nuestras congéneres tienen alguna experiencia de este tipo para contar, todas tenemos una madre, hermana, amiga o vecina que ha sufrido de abuso sexual o violación”.

A lo largo de nuestras vidas, hemos visto como quienes cometen estos delitos no reciben el castigo que merecen, ya que la mayoría no llega a la cárcel, si no que más bien, continúan su vida con normalidad, siendo que las mujeres que han sufrido sus maltratos cargan con esto por el resto de sus vidas, ya que es un marca imposible de borrar, y como Antonia, hay muchas mujeres, que antes que vivir con esto, prefieren quitarse la vida.

La única manera de poder ser escuchadas es mediante una manifestación, por ello se planteó la idea de realizar el primer cacerolazo y la primera velatón en nuestra comuna para demostrar el descontento por las injusticias de este sistema que es transversal y que se vivencia en la cotidianidad. Participaron más de 20 mujeres de distintas ocupaciones desde estudiantes, dueñas de casa, hasta trabajadoras. Se evidenció una ola feminista nunca antes vista en la comuna, donde nos encontramos y unimos, en un grito de justicia y esperanza por todas las mujeres; abuelas, madres, hijas, amigas, por cada mujer de nuestro territorio, por Antonia, por las que vendrán y por nosotras. Duele recordar y escuchar cada vivencia hasta la fibra más profunda, nunca más estaremos calladas. Anhelamos que lo que sucede en la actualidad sea el inicio del apoyo entre mujeres y la resistencia contra la violencia de género.


Tamara Casanova manifestpo que“El mundo necesita una sociedad igualitaria, libre de violencia machista, donde las mujeres puedan vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades, con los mismos derechos, corresponsabilidad de tareas y cuidados, una justicia y educación sin sesgo de género”.


Otra de las manifestantes es Valeska Rojas quien puntualizó en que “Me manifiesto por mí, por mi hermana, por mi sobrina, por mi madre y por todas aquellas que alguna vez se han sentido vulneradas. Sobre todo, por mi hijo porque quiero que aprenda; el respeto debe ser mutuo, que nunca debe obligar a alguien a realizar algo que no quiere y que el amor debe primar en su vida”. Por su parte Natalia Barrera, otra de las autoconvocadas señaló que “Estamos hartas de la impunidad, de la violencia en contra de nosotras, de seguir relegadas y de no ser escuchadas”.

Finalmente, invitamos a todas las mujeres de nuestra provincia a sumarse a esta lucha, ya que todavía queda mucho que avanzar en nuestra sociedad, recordemos que juntas somos más fuertes y esperamos que nunca más una mujer vuelva a sentirse sola y culpable por recibir algún tipo de violencia. Además, incentivamos a los hombres de nuestra provincia; padres, hermanos y amigos, quienes se han visto tocados por el caso de Antonia, quienes han visto que alguna mujer cercana a sus vidas ha sufrido violencia de género, a no quedarse callados, a no esperar ser invitados a manifestaciones de mujeres. Si no que a crear espacios para cuestionar sus masculinidad y privilegios, para que nunca más tengamos que sufrir la pérdida de una mujer de nuestro círculo por culpa de la violencia de género.

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