El proyecto es ejecutado por Fundación Chinquihue y busca mejorar el proceso de siembra con mitilicultores.

En los últimos meses, el equipo de extensionistas del Centro de Extensionismo Tecnológico para una Mitilicultura Sustentable (Cetmis), que es un proyecto apoyado por la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y ejecutado por Fundación Chinquihue, ha estado trabajando en la aplicación y evaluación de un piloto demostrativo en un cultivo de choritos en isla Llancahué, comuna de Hualaihué, región de Los Lagos, cuyo beneficiario directo es Siro Alvarado, mitilicultor de dicha zona desde hace 20 años.

Uno de los desafíos que enfrentan micro y pequeños mitilicultores es producir con el máximo porcentaje de choritos en sus cultivos, esto debido –principalmente- a que en el medio natural también existen otros mitílidos, como la cholga y que es categorizada como fauna acompañante, con la consiguiente merma en la producción efectiva del centro.

Ese es el caso de Siro Alvarado y es él precisamente quien explica que históricamente algunos de sus colectores han presentado alta presencia de cholga en su interior. Lo que ocurre es que dicho producto no puede ser comercializado en las plantas que él abastece con su producción. “Solamente ellos pagan lo que les sirve, que es el chorito”, asegura Alvarado.

El gerente de Fundación Chinquihue, Alex Winkler, destacó este piloto demostrativo como una interesante propuesta considerando que “este usuario en particular ha llegado a tener un 50% de descuento de su producción, una cifra alta y que le acarrea más de un problema para continuar con esta actividad”. Complementa que “si todo esto resulta como se espera, no debería tener un descuento de más allá del 15% o 10%, una oportunidad que abre importantes expectativas para don Siro en cuanto a aumentar su producción y sus ingresos, y que podría ser extensible a otros productores”.

Por su parte, el gerente del Cetmis, Luis Oliva, asegura que “la asistencia técnica prestada a este beneficiario tiene por objeto mejorar la calidad de su producto, buscando disminuir los porcentajes de rechazo al momento de la venta de su producción a las plantas con las que él trabaja”. Oliva subrayó que la introducción de nuevas prácticas en la etapa de sembrado resulta de vital importancia para incrementar la pureza en chorito de sus sistemas de cultivo.

Alvarado realiza captación propia de semillas, lo que implica que no necesita comprarla a algún proveedor externo, como lo hacen otros productores. Esto permitió que este trabajo se iniciara cosechando dicha semilla e introducir nuevas técnicas en la etapa de la siembra, entre las cuales está el tamizado que busca eliminar la fauna acompañante presente y homogeneizar la talla de la semilla, dos factores que hasta ahora no eran controlados por el cultivador y que tienen directa incidencia en el crecimiento del producto y en evitar la pérdida de semillas.

Solo terminado el ciclo productivo se conocerán los resultados de su producto para luego poder ser aplicado con otros mitilicultores que presenten un problema similar.

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